Seguro que cada vez que entras en una tienda de material fotográfico, miras por internet en plataformas especializadas o bien vas a mercadillos del sector te habrás dado cuenta que te podrías pasar el resto de tu vida comprando accesorios fotográficos y aún así no tener tiempo ni dinero para adquirirlos todos. Los fotógrafos tienen millones de cosas en la que gastarse su dinero.
Creo que cuando se empieza en este apasionante mundo los primeros accesorios que debe adquirir un fotógrafo son aquellos que mejoren o ayuden a mejorar sus resultados. Esto es, filtros para controlar tonalidades, trípodes para mejorar la nitidez, visores para ayudar a componer o motores y grids para mejorar el disparo. Obvio, que también es importante la protección y el cuidado del aquí por con fundas, bolsas y una buena mochila.
Todo fotógrafo debería tener al menos un filtro fotográfico. Un filtro no es más que una pieza de vidrio, plástico o gelatina de calidad óptica que se monta en el objetivo de la cámara con el fin de modificar las cualidades de la luz antes de que llegue a la película.
Los filtros aumentan las posibilidades de control de la imagen sobre la película y permiten hacer cosas como aumentar el contraste de unos objetos frente a otros, eliminar reflejos, reducir la profundidad de campo en escenas con luz intensa, etc … Para cada tipo de modificación o interacción requiere de un tipo de filtro diferente.
Existe varios tipos de filtros fotográficos: los filtros de contraste, los ultravioletas y de cielo, los filtros polarizadores, los filtros neutros y los filtros de correción.
Filtros de contraste
Los filtros de contraste sirven báscaimente para modificar la reproducción de los colores, especialmente en película de blanco y negro. Los filtros de contraste siempre están coloreados y el resultado que producen es fácil de predecir: dejan pasar la luz de su color y filtran en mayor o menor medida todos los demás colores. Así un filtro de contraste de color rojo deja pasar casi exclusivamente la luz roja, y por eso se ve rojo en la reproducción.
Filtros ultravioletas y filtros de cielo
Son filtros muy especializados, los filtros ultravioleta (UV) bloquean la radiación ultravioleta, y los filtros de cielo reducen el ‘exceso’ de azul del cielo y nos permiten dar más calidez a las sombras cuando se fotografía en color. Pero casi todos los fotógrafos en la práctica los utilizamos, cualquiera de ellos, para una finalidad muy diferente: proteger el objetivo montado. Es muy aconsejable comprar uno de ellos y tenerlo siempre montado en el objetivo. Normalmente son de vidrio óptico transparente y no modifican apenas la exposición, pues la cantidad de luz que absorben es prácticamente insignificante.
Filtros polarizadores
Un filtro polarizador absorbe los reflejos que normalmente se forman en las superficies brillantes. Las superficies brillantes, sin entrar en mucho tecnicismo, lo que hacen es que al tiempo que reflejan la luz la polarizan (obligan a vibrar en un solo plano), y con el uso de un filtro polarizador lo que se consigue es determinar el plano de vibración de la luz que entra en la película. Por lo demás, son filtros neutros y se pueden utilizar con todo tipo de películas. Este tipo de filtros, es muy útil cuando se quiere fotografíar vitrinas y escaparates, o si quieres realizar una toma de un cielo tipo película de terror, en combinación con filtros de color.
Filtros neutros
Son como las gafas de sol para las cámaras. Estos filtros reducen la luminosidad sin alterar la reproducción de los colores. Son muy útiles cuando se quiere reducir la profundidad de campo o para, por ejemplo, difuminar un objeto móvil y la luz ambiental es excesiva. En situaciones de luz excesiva, estos filtros permiten abrir el diafragma en mayor medida o bien prologar el tiempo de exposición.
Filtros de correción
Son filtros para la compensación, casi siempre para película en color. Estos filtros los utilizamos para compensar la diferencias de la naturaleza de la luz real utilizada para la exposición con la tipo de luz para la que ha sido fabricada la película. Por ejemplo, una película en color tipo normalmente están ajustadas en su fabricación para una luz natural y cuando se usa luz artificial no profesional tienden a amarillear, cosa que da aspecto retro y no está nada mal. Pero si quisiéramos una toma con una exposición perfecta esta deficiencia la corregiríamos con un filtro azulado. Los filtros de corrección casi nunca se emplean en película de blanco y negro, aunque como ya hemos dicho en algún otro momento en otros artículos, fotografiar es experimentar.