La afición por la fotografía analógica también nos lleva a tener pasión por las propias cámaras antiguas. Recuperar las, arreglarlas, usarlas e incluso llegando al punto de llegar a coleccionarlas. No es extraño, encontrarnos aficionados a la fotografía que tienen una pequeña o gran colección de cámaras antiguas. 

La cámara fotográfica es un objeto bello, visual y en ocasiones de puro diseño. Podemos encontrar auténticas joyas del diseño dignas del mejor de los museos. Ademas con la llegada de la fotografía digital, móviles y demás tecnologías, las cámaras analógicas fueron brusca y equivocadamente desechadas y abandonadas. De ahí que exista gran oferta en Internet y mercadillos para adquirirlas a precios muy asequibles. Dado que es posible que nos encontremos con la posibilidad de comprar una cámara en mercadillos o incluso en tiendas especializadas, donde cada vez es más habitual encontrar un espacio dedicado a cámaras analógicas de segunda mano, os vamos a indicar algunos consejos a la hora de comprar algún modelo.

Cuando acudamos a mercadillos y puestos callejeros debemos tener claro algunos pequeños consejos a seguir. Como primer y principal consejo, deciros que cuando compréis una cámara de segunda mano, debéis mírala bien antes de pagarla. Parece obvio, pero esto es básico. Muchas veces ante la posibilidad de comprar de un chollo nos olvidamos de revisar bien las cosas, y luego nos encontramos que el chollo no era tal. Así que los pasos que deberíamos seguir para mirar su la cámara está bien podrían ser los siguientes.

Comprobar su aspecto

Podemos saber muchas cosas de una cámara solo por su aspecto. Por ejemplo, si tiene rozaduras en el cuerpo , en los cromados y en las partes forradas, puede indicarnos que se ha utilizado mucho sin funda. Y que ha tenido una ‘vida ajetreada’, pero mecánicamente y ópticamente puede estar en buenas condiciones.

Las mellas y abolladuras, sobre todo en la montura del objetivo, son peligrosas. Significan que la cámara se ha dado algún golpe; y se puede haber desplazado algún elemento óptico, el obturador se puede enganchar y el sistema de enfoque o el plano de la película pueden haber perdido alineación. Es posible que no tenga ninguno de estos defectos, pero de todas formas, cuando la cámara está abollada, hay que examinarlo todo con sumo cuidado.

Un pequeño truco que nos puede indicar si la cámara ha sido alguna vez reparada, es revisar las cabezas de los tornillos. La cámaras de fotos utilizan tornillos de pequeños tamaños, que si no se manipulan con las herramientas adecuadas es muy fácil deteriorar sus cabezas. Debemos observar si algunas de las cabezas de los tornillos de la cámara están pasadas, lo que nos podría indicar que seguramente un aficionado a tratado de repararla, y esto nos pueda invitar a olvidarnos de esta cámara. A no ser que tengamos nosotros la capacidad de poder arreglarla.

Debemos abrir las tapas posteriores de la cámara y examinar por dentro la misma. Observar las placas tensoras (en el caso de cámaras de 35 mm) para revisar si tuvieran alguna abolladura o huellas de oxido que pudieran dañar la película. Debemos comprobar los carretes: si no girar libremente, también pueden arañar. Podemos comprobar el cuenta-fotogramas, que suele ser una pieza bastante frágil. Y sobre todo la palanca de arrastre, aunque la suavidad varia entre modelos, nunca debe engancharse ni rechinar.

Comprobar el objetivo

Lo primero que debemos hacer es quitarlo, si se puede, y sacudirlo cerca del oído. Si se oye algún ruido puede indicar que tiene algún elemento óptico suelto, aunque hay objetivos que llevan algunos diafragmas a bolas que suenan también al agitarlos, pero estos no suelen ser habituales.

Debemos mirar por el objetivo accionando el diafragma de iris. En el caso de que la cámara no tenga el objetivo intercambiable, podemos abrir la tapa posterior de la cámara y accionar el obturador en posición Bulb (B). Las laminillas del mismo deben desplazarse con suavidad, sin engancharse y sin saltar y la abertura tiene que ser simétrica en cualquier posición. Examinar las hojas del diafragma, viendo si brillan los bordes. Si brillan, lo que significa es que dejan pasar luz, ocasionando perdida de contraste en las fotografías.

También es conveniente abrir del todo el diafragma y comprobar que las superficies de cristal estén limpias (dentro de lo que cabe). Hay que revisar que el objetivo esta a salvo de hongos, arañazos y rozaduras. Si miramos y se producen dibujos como de estrellas: significa que se ha empezado a separar el pegamento entre los elementos ópticos y esto tiene mala solución y siempre irá a peor. Siendo muy difícil, por no decir casi imposible, para un aficionado solucionarlo.

También debemos comprobar el enfoque, accionándolo y revisando que no se engancha y  va suave si llegar a ir flojo.

Comprobar que funciona

No se puede tener la absoluta seguridad de que una cámara que compramos de segunda mano funcione correctamente, hasta que no gastamos un rollo de película con ella. Sin embargo, hay algunas comprobaciones que podemos realizar antes de comprar y que nos indicarán si algo muy evidente va mal. Veamos estos pasos.

Enfoque

El primer paso consiste en poner la escala de enfoque en infinito y centrar un objetivo muy distante, como por ejemplo el tejado de un edificio, en el visor. En una cámara con telémetro, ambas imágenes tienen que coincidir exactamente, mientras que en una SLR la imagen de visor tiene que verse perfectamente nítida. Nada sustituye a una prueba con película pero esta prueba algo nos puede ayuda.

Si podemos hacerlo, se puede colocar la cámara frente a una pared de ladrillos de forma que quede la cámara paralela a la pared. Enfocamos con cuidado y hacemos una exposición con abertura grande; la imagen de los ladrillos quizá quede más nítida en el centro que en los bordes, pero a la izquierda y a la derecha de definición debe ser buena. Si uno de los bordes queda mejor definido que el otro, seguramente el objetivo no está bien alineado o el plano de la película está descolocado.

Obturador

Confirmar que las velocidades de disparo estén bien ajustadas es bastante difícil sin contar con aparatos electrónicos, pero aún así es conveniente poner el obturador en B (Bulb) y ver si las láminas y las cortinillas corren bien sin engancharse. Luego, podemos poner el obturador para “1 segundo” y ver más o menos si se abre durante este tiempo. Para las velocidades altas es prácticamente imposible juzgar a ojo.

En el caso que podamos realizar una prueba con película, cosa que solo podría ocurrir comprado a alguien de confianza o en alguna tienda especializada, deberíamos comprobar si la densidad del negativo permanece constante. Por ejemplo, 1/1000 en f4, 1/500 en f5, 6, 1/250 en f8, etcétera.

En el caso de querer o poder probar la sincronización X, esta se comprueba incorporando un flash electrónico y dirigiéndolo hacia una superficie blanca o similar. ponemos abertura máxima y la velocidad adecuada, abrimos la tapa trasera de la cámara para poder mirar a través del objetivo y accionamos el disparador. Debemos ver toda la abertura bien iluminada, si con un obturador de laminillas la abertura parece pequeña es porque el flash se dispara demasiado pronto o demasiado tarde. Y lo mismo ocurre con el obturador de plano focal, si vemos que aparece cortado un lado u otro de la película.

El disparador de una cámara tiene que estar suave y resultar fácil de accionar, aunque existan modelos con mayor dureza que otros.

Fotómetros

Aunque la comprobación completa de un fotómetro debería realizarse en un taller especializado y bien equipado, podemos realizar algunas pruebas generales para detectar su estado.

Ponemos la cámara en 125 ASA de velocidad de película y dirigimos la misma hacia un sujeto medio a pleno sol. La lectura debería indicar aproximadamente 1/125 y f16. Si esta lectura no fuera así, indicando que el fotómetro pudiera estar cascado y antes de rechazar la cámara comprobemos que los contactos de la pila (si fuera el caso) están limpios. Esta suele ser una causa habitual de que los fotómetros dejen de funcionar.

Esperamos que todas estos consejos os ayuden a hacer algo más seguras vuestras compras. Este conjunto de consejos y pruebas hay que adecuarlas como es lógico a cada situación, tanto de lugar de compra como de cámara a comprar. Y si tuviéramos que dar un ultimo consejo, deciros que si no estáis seguros del todo de la compra evitéis comprar modelos de alto coste y complejidad. Aún pareciendo auténticos chollos únicos en la vida. Recordar: Nadie da duros a pesetas.

 

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