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Guía para principiantes en fotografía con cámaras de gran formato

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El primer pensamiento que nos viene si hablamos de cámaras de gran formato es su difícil manejo y lo complicado de planificar una sesión fotográfica con ellas, pero en fotografía no ha nada imposible. Siendo organizados y metódicos, puede llegar hasta a parecernos sencillo fotografiar con estas bestias de la fotografía.

Muchos fotógrafos encuentran la idea de usar una cámara de gran formato como desalentadora, porque todos estamos ya acostumbrados a tener mucha automatización en nuestras cámaras, mucha agilidad, y este formato requiere de mucha planificación anticipada y de algunos conocimientos específicos extra.

Aunque es simplista decirlo así, la mayoría de las cámaras de gran formato son, literalmente, nada más que una caja ajustable luz hermética con película en un extremo y una lente en el otro. No hay medición, no hay batería. La única cosa que mecánica de la cámara es el obturador y en algunos casos ni eso. Y a pesar de esto, trabajar con estas grandes y viejas bestias es quizás una de las experiencias más satisfactorias que un fotógrafo puede tener. Cuando usas estas cámaras sientes una conexión real con la historia de la fotografía y sientes orgullo de poder producir imágenes asombrosas sin la ayuda de la automatización. Esta es la fotografía “pura”.

Si alguna vez te has planteado empezar a experimentar con una cámara de gran formato, o si directamente has adquirido una en un anticuario o en un mercadillo y quieres empezar a utilizarla, te facilitamos algunos consejos para ello.

¿Qué es el gran formato?

Generalmente se considera que el gran formato comienza a partir de una película laminada de 4×5 pulgadas. Como el nombre sugiere película viene como hojas individuales que tienen que ser cargadas manualmente. Un proceso que sería familiar a los fotógrafos hace 100 años, pero que a nuestros ojos se hace bastante extraño.

Una cámara de gran formato, es una caja cerrada y estanca a la luz. En una de las caras de esta caja hay un objetivo que genera una imagen sobre la cara opuesta. Si en dicha cara ponemos un vidrio esmerilado podremos observar la imagen generada por el objetivo, y si se sustituye el vidrio por un chasis con película podremos recoger esa imagen, y por tanto, hacer una fotografía.

La película de gran formato le ofrece dos ventajas principales. Primera, la calidad es insuperable, la cantidad de información que recoge una placa, supongamos, de 4×5 pulgadas es apabullante tanto por el tamaño del original como por las lentes empleadas para conseguirlo, que en gran formato suelen estar muy cuidadas por los fabricantes. Segunda, la flexibilidad. De hecho, este tipo de cámaras son conocidas también como “cámara flexible”. Para el fotógrafo requiere cierta adaptación, conocimientos y disciplina en el modo de trabajo, por otro lado ofrece definición, contraste, y enfoque excelentes,  posibilidad de corregir la perspectiva a través de los movimientos de montantes, control de la profundidad de campo.

Tomando nuestra primera fotografía

A diferencia de los formatos más pequeños hay un montón de equipo necesario, más allá de una cámara y una película, para hacer con éxito una fotografía de gran formato.
Una buena noticia es, que la mayoría de los fotógrafos experimentados ya poseerán una gran parte de este equipo. Aunque como siempre decimos, fácilmente puedes reunir todo el equipo necesario con una visita al mercado de segunda mano on-line y mercadillos.

Equipo necesario

Una cámara de gran formato

Para empezar te aconsejamos elegir una cámara de 4×5 pulgadas. Los otros dos formatos habituales, que son 5×7 pulgadas y 10×8 pulgadas, suelen ser más caros y en ocasiones mucho más difícil de encontrar.

En cuanto a cámaras hay una gran cantidad de alternativas desde las más caras y preciosas cámaras de campo, hasta las cámaras “monorail” de estudio, que podemos encontrar a precios bastantes asequibles. 

Las cámaras de campo, son más ligeras, y están orientadas a aquellos fotógrafos que las quieren dar un uso dinámico, con salidas a exteriores.  Estas tienden a costar más dinero que las cámaras monorail (o también llamadas bancos ópticos).

Por otro lado, cámaras “monorail” son mucho más versátiles para su uso, pero puede que os salga una hernia si vais a espacios abiertos cargados con ellas.

Si nos queremos iniciar en la fotografia de estudio en gran formato y no vamos a cargar con ella, las cámaras “monorail” son perfectas. Para uso en exterior o bien con desplazamientos sin duda una cámara de campo deberia ser nuestra elección.

Placa

El gran formato no usa película de carrete como el resto de los formatos. Las imágenes de gran formato se toman en placas que varían de tamaño desde los 9 x 12 cm a los 25,4 x 20,3 cm.
Como ya hemos comentado, la calidad de las imágenes obtenidas con las cámaras de gran formato es muy superior a todos los demás formatos.

Fotográfos referentes en el gran formato

Ansel Adams

Fotógrafo estadounidense conocido por su más que famoso sistema de zonas, y por sus trabajos en blanco y negro de los maravillosos paisajes del parque nacional de Yosemite.

Paul Strand

Fotógrafo neoyorkino cuya obra engloba casi todos los géneros, desde la fotografía de paisajes hasta las imágenes de plantas, desde la fotografía de arquitectura hasta los clichés de máquinas e instalaciones industriales.

Walker Evans

Su trabajos para la FSA (Farm Security Administration) fue el perido más importante de toda su carrera. El fotógrafo de Missouri plasmó en gran formato la vida de la “America pobre”, con la misma precisión y la misma sobriedad con la que también fotografío la arquitectura de su pais.

 

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