Un trípode es un soporte plegable de tres pata que sirve para mantener perfectamente quieta la cámara durante la exposición. Para utilizarlo se extienden y abren las patas y se monta la cámara en el cabezal de la parte superior.
Para obtener imágenes nítidas con tiempos de exposición largos es imprescindible mantener la cámara perfectamente quieta mientras el obturador está abierto. Hacer esto a mano es prácticamente imposible, pues bastan los latidos del corazón o incluso la acción del propio disparador para moverla. Los teleobjetivos muy grandes también amplifican mucho el movimiento, y cuando se utilizan basta la vibración más inapreciable para difuminar la imagen. En otras ocasiones no hay manos suficientes para sujetar las luces y la cámara, y para ello el trípode nos ayuda a solucionar todas estas dificultades.
Hay muchos tipos de trípodes. Hay que elegir uno adecuado para nuestras necesidades: grande y sólido para el estudio, o bien pequeño y compacto para usar al aire libre. Lo mejor es probar unos cuantos antes de decidirse. Ha de mantenerse firme cuando se ejerce fuerza sobre su parte superior. La altura ha de ser suficiente para el uso que se quiera destinar; y siempre tener claro que si se va a sacar fuera del estudio es importante no comprar uno excesivamente pesado.
La primera de las leyes de Murphy aplicadas a la fotografía se podría afirmar, sin duda, que cuando más falta hace el trípode, se ha quedado en casa metido en el armario. Si solo necesitamos sujetar bien la cámara de vez en cuando, hay alternativas al trípode normal. Una de ellas es el trípode de bolsillo, que caben en la bolsa del equipo y son muy sólidos. Otra alternativa es un trípode de pinza, que está provisto de un mecanismo parecido a un gato de carpintero con el que se puede sujetar a una mesa, a una rama o a cualquier otro sitio.
Algunos fotógrafos se manejan bien con el monopodio, que es un soporte de una sola pata extensible. No mantiene perfectamente el equilibrio, pero permite una sujeción mucho más firme que el agarre a mano.
En definitiva, lo que siempre recomendamos a la hora de elegir un accesorio lo importante es tener claras nuestra necesidades. Y si es posible probar las distintas alternativas que nos ofrece el mercado.