Adentrase en el mundo de las cámaras de fotos instantáneas es adentrarse en un mundo abierto a la creatividad, a los iconos de los 70’s-80’s y perderse en cientos de modelos diferentes.

Poder disfrutar del resultado instantáneo de una toma fue uno de los avances más importantes en la historia de las cámaras fotográficas.

La mayor ventaja que tenían estas cámaras es que producían una copia terminada en pocos minutos e incluso en pocos segundos. Y en fotografía muchas veces obtenemos tanta satisfacción al ver el resultado de la fotografía como en tomarla.

Las cámaras instantáneas fueron pensadas por las marcas como un producto de diversión. Fiestas, vacaciones, celebraciones. Pero en su momento llegaron a ser un medio fotográfico en si, ya que permitía a los fotógrafos probar las configuraciones de iluminación para ver si la idea pensada daba resultado. El sistema instantáneo era una prueba inmediata de las habilidades del fotógrafo, de la idea compositiva y de la propia creatividad de la toma pensada. A la llegada de la fotografía digital esto obviamente cambio radicalmente.

Principalmente fueron dos los fabricantes de cámaras instantáneas, Polaroid y Kodak.

Polaroid fue la empresa que desarrolló los primeros modelos y que patento el diseño de las cámaras instantáneas. A principios de 1947 ante la Sociedad Óptica Estadounidense la empresa presentó su primer modelo Polaroid Land 95, que era capaz de revelar y positivar una imagen en 60 segundos. Esto fue toda una revolución.

Kodak, que hasta el ascenso de Polaroid había dominado la producción fotográfica en los Estados Unidos, observa con incredulidad y cierta envidia este gran éxito. Kodak era la empresa que había, hasta entonces, hecho fácil el manejo de una cámara fotográfica para el gran público. Era famoso su slogan: “Usted apriete el botón y nosotros haremos el resto”. Así que en 1976 decidió lanzarse a producir sus propias cámaras fotográficas instantáneas. Y ahí comenzó el lío entre las dos marcas. Sus cámaras eran más compactas que las de su competencia dado que mejoraban al eliminar el sistema de espejo de Polaroid. Polaroid consideró que los modelos de Kodak vulneraban sus patentes y demandó en un largo y costoso litigio a Kodak que terminó el 9 de setiembre de 1985 con la sentencia de un tribunal federal de Boston a favor de Polaroid.

Ambas marcas ofrecían una amplia selección desde los modelos. Desde los más básicos, con objetivos y apertura fijos, hasta modelos más sofisticados con enfoque a través de objetivos (reflex) y control automático de exposición. Pero aun así estas cámaras tenían una claras limitaciones de uso, se les atragantaban  los temas en movimiento debido a la limitadas velocidades de obturador, en algunos modelos el color podía verse trastocado, etc …

Todos los modelos que salieron al mercado podríamos dividirlos en dos categorías básicas: las que tenían enfoque fijo y las que tenían objetivos de enfoque variable. Obviamente estas segundas ofrecían normalmente mejor calidad en los objetivos, un mayor margen en cuanto a velocidades de obturador y una mayor selección de accesorios.

Por otro lado también existían dos tipos de película de revelado instantáneo: la separable y la llamada de revelado integral.

Con la película separable, al extraer la película de la cámara, ésta extiende los productos químicos de revelado contenidos en una ranura sobre la superficie de la copia. El revelado tardaba de 30 a 60 segundos, y una vez transcurrido ese tiempo las dos partes de la película podían separarse. El sistema era bastante engorroso.

En cuanto al sistema de revelado integral, que fue a la postre el más usado por cómodo y sencillo, cada unidad de película contiene una cantidad de revelador liquido medida de forma precisa en una ranura hermética y cuando se expulsaba la película de la cámara, después de la exposición, la ranura se abría y los rodillos extendían el liquido uniformemente a través de las capas de la película.

Algunos de los modelos fabricados tanto de Kodak como de Polaroid se han convertido en cámaras icónicas. Tal es el caso de la mítica SX-70 Land.

Polaroid SX-70 Land

Presentada en 1972 como el primer modelo que introducía el sistema de revelado integral, o cartucho popularmente llamado. Pronto se convirtió en un artículo de moda. La inmediatez, la sencillez del nuevo sistema de revelado y el propio diseño de la cámara, animó a muchos a adentrarse en el mundo de la fotografía y la creatividad capturando momentos de forma sencilla y espontánea.  La SX-70 era una cámara réflex, pero su incomparable diseño la permitía plegarse, lo que hace que sea un prodigio del diseño óptico. Dado que su sistema de tres espejos se pliega y despliega con todo el conjunto, permitiendo tener el visor réflex.

Otras de las características de la SX-70 Land era su óptica de 116mm con apertura máxima de f/8. Sistema de exposición automática y velocidad de exposición máxima de 1/175.

Se fabricaron más de 10 modelos de la SX-70 siendo su último modelo la SX-70 Sonar, que tiene el privilegio de ser la primera cámara con autofocus de la historia.

El mito del arte Pop Andy Warhol utilizó durante mucho tiempo una con la que realizó su famosa serie de Polariods que hoy en día son un icono para los coleccionistas.

Hoy en día todavía se puede comprar el SX-70 Land Camera Model 2 en la propia web de la empresa Polaroid.

La SX-70 fue la cámara más profesional que Polaroid fabrico en toda su historia.

Kodak EK160-EF

Presentada por Kodak en Julio de 1979 en Estados Unidos se presentó con el sobre nombre “Colorbust 250 Instant”.

La EK160-EF era una cámara réflex con visor de doble espejo, con control manual de mayor o menor luminosidad y equipaba un objetivo fijo de 2 elementos de 100mm f/2,8. Velocidades de obturación de 2s a 1/300s. E incluía un flash electrónico sincronizado con la expulsión de la película.

Sin duda la Colorbust 250 podríamos considerar que fue el modelo icónico de la marca de Rochester.

Como ya hemos comentado antes, y a modo anecdótico la decisión estratégica comercial de Kodak de subirse al carro de las cámaras fotográficas instantáneas provocada por la exitosa presentación de la SX-70 por parte de Polaroid, fue después de unos largos años de litigios un auténtico fisco y provocó que la marca abandonara la fabricación de cámaras instantáneas en 1986.

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