Alejandro Merletti Guaglia fue el pionero del fotoperiodismo en Barcelona. Nació en Torino (Italia) en 1860 en el seno de una familia de fabricantes textiles que gozaban de una buena posición económica. De joven vivió algunos años en Buenos Aires donde abrió un negocio de fotografía especializándose en ferrotipos. En el año 1889 se traslada a Barcelona donde decide instalarse definitivamente.
Durante los primeros tiempos en Barcelona ejerció de relojero hasta el día que unos ladrones entraron en su establecimiento y lo desvalijaron por completo. Después de esto, empezó a trabajar en el estudio de un fotógrafo alemán llamado Polak. Atraído por los acontecimientos políticos de la época y por la vida cotidiana de Barcelona de finales de siglo, Merletti decidió abandonar la tranquilidad del estudio fotográfico y salir a la calle con una cámara fotográfica de placas de fabricación propia.
Sus primeras fotografías fueron publicadas en “Caras y Caretas” y en “La Hormiga de Oro” y al poco tiempo entro a trabajar al servicio del grupo de publicaciones de “Prensa Gráfica”, trabajando para “Mundo Gráfico”, “La Esfera” y “Crónica”. Fue también corresponsal de algunos periódicos extranjeros como “L’Illustrazzione” y el “Daily Mirror”.
Merletti no sólo registró con su cámara los acontecimientos políticos de mayor relieve, como la llegada de los expatriados de Cuba, la Semana Trágica, el atentado contra Maura, sino también la vida ciudadana, las manifestaciones culturales y los festejos. Sin embargo, el reportaje que le consagró definitivamente y le dio fama mundial fue el que realizó durante el proceso de Ferrer i Guardia en el que estaba prohibido tomar fotografías (Pedagogo libertario español condenado a muerte por un consejo de guerra que lo acusó de haber sido uno de los instigadores de los sucesos de la Semana Trágica de Cataluña). Merletti se la ingenio para fabricar una cámara fotografica, cuyo objetivo le salía disimuladamente por un botón del chaleco, accionado el disparador desde el bolsillo del pantalón.
El ingenio era una de las características sobresalientes de los fotoperiodistas de la época; Y Merletti la demostró con creces. Durante los primeros años de fotoperiodismo se utilizaban cámaras de 13 x 18 y luego de 10 x 13 que podían llegar a pesar más de 10 kg, ya que llevaban doble almacenes de placas. Por otra parte, dado el peso de las cámaras, otros elementos imprescindibles en el equipo de los fotoperiodistas eran el trípode, el magnesio de humo y la escalera para las tomas en picado. De ahí el esfuerzo que se requirió en estos primeros años de la profesión.
En 1906, Merletti se compró una motocicleta pasándose a convertirse en el primer fotógrafo ‘motorizado’ de Barcelona, lo que le permitía moverse con más libertad y rapidez que sus compañeros. Para poder transportar la cámara fotográfica lista para disparar, Merletti enganchó a la motocicleta una especia de silla con dos ruedas (como un antecedente al sidecar).
Durante 40 años la cámara de Merletti fue testigo de la historia de Barcelona. Los últimos años de su profesión como fotoperiodista los dedicó a la fotografía deportiva, documentando la rivalidad entre los dos equipos de la ciudad. Alejandro Merletti, se retiró de la fotografía profesional durante la guerra civil, no sin antes documentar las empresas colectivizadas en Cataluña, las cooperativas agrícolas y la fabricas.
Alejandro Merletti puede considerarse sin lugar a dudas como uno de los padres del fotoperiodismo catalán.
Link de interés: Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya