La fábrica Certex, la segunda generación.

Continuamos con la segunda parte del informe sobre la fábrica española Certex (Cámaras clásicas españolas, Certex), con los modelos Werlisa de la llamada “Segunda generación”.

La aparición de esta “Segunda generación” de cámaras se debió al continuo interés por la fábrica por lanzar modelos sencillos, asequibles y populares. Modelos prácticamente sin controles y sin que fueran necesarias manipulaciones para su utilización. Y como siempre pasa en estos casos, sin dejar al lado el ahorro de costes que lleva implícito la fabricación de estos.

Estos modelos de “Segunda generación” fueron los fabricados por Certex ya hasta su desaparición como fabrica en Marzo de 1988 dando suspensión de pagos, y ya de forma definitiva en 1992 con el incendio de edificio que albergaba la fábrica y que permanecía cerrado a la espera de una resolución judicial.

El primero de los modelos de este generación fue fabricado en 1976, la Werlisa Club Color. Certex en el afán de construir cámaras sencillas y de bajo coste (¿de qué me suena esto?) opto por sustituir el metal por el plástico 🙂 . Cámaras sencillas, de un tamaño menor, y que montaban una óptica Certar en metacrilato. Vamos una plastic-camera en toda regla, y española.  La Werlisa Color Club fue la pionera de esta serie de cámaras para la fábrica, al cuerpo de plástico, le acompañaba como ya hemos dicho un objetivo de metacrilato Certar f:7,5/38 mm de focal fija y un obturador de 3 velocidades indicadas con símbolos, para su sencillez  de uso, que correspondían con 1/30 , 1/60 y 1/120 s. Se sustituyó la palanca de arrastre por una rueda sin resorte, como las que ya conocemos de nuestras admiradas Diana F o Holga 120, por ejemplo. La Werlisa Color Club destacaba también por el disparador, un botón grande (de colores rojo o verde, según modelos) y muy sensible, muy al estilo de las Agfamatic o de las Optima de Agfa pero en sencillo.

La Werlisa Club Color tuvo muchos modelos que actualmente son muy coleccionables, desde los destinados a campañas publicitarias como el B-18, para Kodak hasta el modelo conmemorativo B-6 con el un millón grabado en su parte superior y del que apenas se conocen 3 unidades.

En 1980 la fábrica española, lanza su modelo Werlisa 2000 Color, destinada a dar unas mayores prestaciones y dirigida a un público algo más inquieto en cuanto a su capacidad fotográfica.

En el fondo el modelo no deja de estar basado en la anterior Werlisa Club Color Modelo A pero con algunas variaciones. Se sustituyó la simple rueda de arrastre por una palanca, se cambia el objetivo por un Certex “Boltar” de tres lentes f:2,8/45 mm con rosca para filtros, sincronización con flash, orificio para disparador por cable y se sustituye el disparador plano por un botón convexo más ergonómico. Su precio de venta era de 3.250 pesetas más un impuesto “de lujo” de 650 pesetas.

Dos variaciones destacables de la Werlisa Club Color son la Werlisa Club 35 lanzada en 1984 y que destacaba por el anillo regulador de sensibilidades en el obturador y la Werlisa LED, que venía equipada con una celula Cds que permitía medir la luz ambiental por medio de un indicador nos avisaba de la falta de luz ambiental. Este modelo LED fabricado en 1982 y en el que Certex tenía grandes esperanzas de ventas, fue un fracaso dado que otras marcas lanzaron, a precios asequibles, modelos acompañados ya de flash y motor.

Siguiendo que la tendencia de mercado de la época, Certex se lanzó a fabricar su modelos pocket denominados, Werlisa Pocket 210 y Werlisa Pocket 110. El modelo Werlisa Pocket 210 disponía de selector de sensibilidades (ASA 200 – ASA 400), flash incorporado en el cuerpo, focal fija de 1:9 y un obturador de 1/125 s de velocidad. Utilizaba carrete de 110.

Por estos años la fábrica, hablamos de 1985, la fábrica Certex era líder en distribución nacional pero cambios socio-políticos como la entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE), que vino acompañada de nuevos impuestos y gravámenes de fabricación, y la falta de competitividad hacia el mercado asiático, hizo que la fábrica empezará a tener problemas económicos.

A esta situación no ayudó las fallidas y calamitosas operaciones de marketing como la basada en la “cámara de Indiana Jones”, que avocaron a Certex a  declarar la suspensión de pagos en 1988. Terminando así con la vida de una de las fabricas referente en la historia fotográfica de este país.

Para nosotros los aficionados a la fotografía, y los amantes de la cámaras y su historia siempre habrá un hueco en nuestras vitrinas para los modelos de Certex, por todo lo que han representado para la historia fotográfica de este país, y por ser a nuestra forma pioneros en la fabricación a nivel nacional de cámaras sencillas y asequibles, como las que tanto nos gustan ahora.