Tengo que confesar que la fotografía de Chema Madoz siempre me ha cautivado. No tanto por su constatada calidad, que es obvio que la tiene (Premio Nacional de Fotografía en el año 2000) , sino porque cuando veo sus fotografías me pregunto, ¿Si son objetos que están ahí? ¿Por qué no me salen a mí? ¿Cómo se llega a esas conclusiones creativas, tan puras y tan eficaces, a la vez?
Confieso que evitaba escribir e incluso leer sobre él, por lo inalcanzable de su resultado. Cuando ves el trabajo de otros fotógrafos, siempre lejanos a un modesto fotógrafo como yo, tienes la sensación interna y engañosa de creer que tu trabajo puede acercarse al de ellos. En el caso de Chema Madoz, esta sensación se aleja enormemente. Sus creaciones son únicas, son propias, y parten de un proceso de creación muy personal y lleno de referencias.
Pero el pasado Viernes 9 de Enero, viendo en La 2 de TVE el documental ‘Regar lo escondido’ en el programa IMPRESCINDIBLES (La 2 – Viernes 21h) la obra de Chema Madoz, tomó forma. Descubrí lo maravilloso del proceso de creación, la importancia de la esencia creativa y en definitiva lo valido que es la interpretación de lo cotidiano si esto se eleva a extraordinario.
El trabajo de Chema Madoz es minucioso, es imaginativo, es íntimo, es poético. Sus fotografías son Greguerías ramonianas en imágenes. “Las almejas son castañuelas del mar” (Greguerías – Ramón Gómez de la Serna).
Según reconoce el propio Chema, en su camino al descubrimiento de un discurso fotográfico propio (cosa a la que todo fotógrafo aspira) hubo un antes y un después.
Admirador del trabajo de fotógrafo americano Duane Michals, descubre a partir de la realización de una imagen en la que las manchas de existentes en la pared de fondo se mezclan e igualan con las existentes en la gabardina del fotografiado, que puede mostrar distintas realidades y relacionarlas.
En el proceso creativo Chema Madoz opta por la adopción del blanco y negro, como el mismo dice realizando un ejercicio de reducción y de enfrentamiento, al igual que hace con los objetos.
Chema Madoz sigue y siempre ha trabajado en fotografía analógica, con el uso de un solo objetivo básico. Nunca recurriendo a los teles o a los angulares, ya que huye de la distorsión de cualquier aspecto de la imagen.
Objetos enfrentados. Lo real y lo virtual. Lo que se ve y lo que se imagina, este es el mundo que Chema Madoz ha creado y que nos entrega en cada uno de sus trabajos. Todo un sello de calidad cotidiana y expresiva.
