Leica, las cámaras fotográficas más famosas del mundo

Si hay una marca asociada al mundo de las cámaras de fotos desde los inicios de la fotografía, esta es Leica. Cartier-Bresson, Robert Capa, Alberto Korda o Sebastiao Salgado son solo algunos de los grandes nombres que han retratado al mundo con un Leica, una cámara mítica que, como todo gran invento, esconde una historia de lo más interesante. A continuación, te la contamos. Su historia empieza en 1849, cuando el óptico y matemático Carl Kellner funda una empresa de lentes y microscopios. Sin embargo, muere a los 29 años y su mujer queda a los mandos de la empresa.

La viuda de Kellner se casó en 1856 con Friedrich Belthle, uno de los doce trabajadores de la fábrica; y en 1865 se une como socio Ernst Leitz, que, a la muerte de Belthle, refunda la empresa con su nombre. En 1911 se une a la fabrica Leica Oskar Barnack, un ingeniero aficionado a la fotografía y asmático. Por su condición de asmático, se asfixiaba al subir pendientes con las pesadas cámaras de placas, por lo que se propuso diseñar una cámara más pequeña y fácil de transportar que permitiese conseguir imágenes de calidad.

Así, en 1913 nacía la Ur-Leica, la primera cámara compacta que revolucionaría el mundo de las cámaras fotográficas. Era una cámara con una película estándar de cine de 35 mm, pero amplió la imagen a los 24×36 mm. Ernst Leitz II se llevó un prototipo de la Ur-Leica a un viaje en 1914 y volvió tan satisfecho que insistió a Barnack para desarrollar el invento y lo patentó dos meses antes del inicio de la I Guerra Mundial. El conflicto retrasó su desarrollo, pero a mediados de los años veinte había 20 o 21 prototipos que Leitz cedió a clientes selectos o sus propios ejecutivos para que los probasen.

Pese a los informes en contra, debido a los riesgos y la escasa plantilla -de unos 1.000 trabajadores- con la que contaba, Ernst Leitz II decidió apostar por producir en serie la Leitz Camera, la Leica, que sería la primera cámara fabricada en serie. La Leica I Modelo A hizo su debut en el Mercado de la Feria de Primavera de Leipzig de 1925 y, como podríamos esperar, fue todo un éxito. Se introdujeron mejoras y la empresa no dejó de crecer.

Además de la cámara, Leitz también es el culpable de muchas innovaciones ópticas, como la producción masiva de lentes esféricas o el uso de elementos multicapa, y hasta los años cincuenta su Leica compitió con Contax por ser la más compleja del mercado. Pero si algo diferenciaba a las Leica del resto son unos objetivos que -dicen- nos permiten saber si la foto se ha tomado con un objetivo Leica o uno de la competencia.